6.9.08

Se cumplio la Famosa Frasecilla.

Y terminó nomás la famosa teleserie nocturna de TVN, ¿exitosa?, por números sí, pero hay que considerar un par de verdades y me refiero a que, los medios (en especial los diarios) y la polémica favorece a que “el señor de la querencia” halla sido lo que fue, el resto es historia.
Me gustaría profundizar en algunos puntos, que, personalmente no tienen mucha importancia para los grandes críticos del área, pero sí publicar lo que me pareció como un espectador que seguía la teleserie “religiosamente” como, pienso, muchos de ustedes. Ya lo he dicho a mucha gente, me gusta lo que TVN viene haciendo hace bastante rato ya, esto de comenzar a “descartucharse” un poco, alejarse del clásico cliché que engloba todas esas absurdas fantasías de niñas de entre ocho a cuarenta y tantos años que anhelan un protagonista buen mozo, divertido, plus si tiene dinero y si se parece a Francisco Reyes, mejor aun. Junto con eso estaba la clásica historia de ese amor imposible en donde se cumple el mismo resultado escondido en una ecuación distinta pero parecida, diferencias de clases sociales, uno de los amantes está casado con un amigo, hermano, padre, lo que sea, o que definitivamente no los dejan ser felices.

El desafío que dejó “Alguien te mira” era demasiado alto y es lo que me impulsó a ver “el señor de la querencia”, como con esa inquietante expectativa que uno se hace en que dice ¿será igual?, y quizás algunos lo esperan, no precisamente en trama, sino que (siendo sinceros) en que nos quedó gustando la sangre. Entonces lógicamente uno espera que halla un malo de la película (malo de verdad, no como Federico Valdivieso, alcalde de Sucupira que anhelaba que alguien se muriera para inaugurar su cementerio), y ahí nos comenzamos a dar cuenta de que nos vamos volviendo más morbosos, puesto que, hace unos 3 años hubiera sido impensable una teleserie del calibre como la que acaba de terminar el Martes pasado. Pensándolo de una manera más detenida, TVN hizo bien, quizás inconcientemente en esto de las teleseries nocturnas empezando con guiones centrados en sexo, ya que, en cualquier película del cine chileno es invitado de honor e infaltable, de ahí comenzó poco a poco a incursionar cada vez hasta dar con una ventana que abrió un mundo casi inexistente (considerando algunos casos especiales) dentro de toda la cultura televisiva, comenzaron a tocar otro sector de la fantasía/ficción que supuestamente busca una serie.

Obviamente, y como país tercermundista (aun), a los conservadores (generalmente gente mayor) les cuesta mucho digerir estas imágenes que cada vez van tomando más protagonismo en la pantalla criolla, y ahí se genera como un cara y sello en donde surge la polémica, que “expongamos reclamos porque cómo es posible tanta brutalidad”, y los derechos de la mujer, los derechos de las personas, que producto de esto se incentiva a potenciales criminales, etc.

Con respecto a lo que fue el desenlace de esta ya “mítica” serie nocturna, puedo decir que se cumplió con la tan prostituida frasecilla la cual, personalmente ya despreciaba, ya que por un extraño efecto de ridiculez cuando preguntabas que pasa al final de la película, estúpidamente te respondían “cachai que al final se mueren todos”, bueno, esta frase por primera vez es aplicable en algo visto, al menos en la pantalla chilena, puesto que podríamos considerar ejemplos del cine clásico como The Bridge on the River Kwai (1957).

Ahora, y para terminar, ronda por Internet la que vendría a ser la nocturna sucesora del Señor de la Querencia, la cual tendrá un gran desafío y pretende mantener el nivel junto a la temática hace despertar toda la expectación por parte del público rogando cada vez más chocolate en las producciones, algo así como “si no hay chocolate, no sirve”, hay que esperar en un tiempo más como se va a responder a la hora en que los televidentes comiencen a aburrirse de la sangre y su exigencia los lleve a pedir más nivel aun, quizás al punto en que Alegría y Rudolphy tengan que aparecer frente a la pantallas en mallas volando entre todo el smog de la capital de nuestro país.