11.8.06

Limitaciones

No me di cuenta cuando ya estaba caminando por la calle siguiente a la avenida principal sin rumbo fijo, hasta el momento. iba con una amigo sin rostro, un personaje que acompañaba mi soledad, no hablaba, no se quejaba de lo mucho que camino ni opinaba de mis actos, ni de mis pensamientos en ese momento ni mucho menos lo que miraba, su presencia era grata a pesar de que sentía pena por él ya que, tenía una obligación seguirme y me molesta que las personas hagan las cosas por obligación. Me detuve frente a un local de ropa usada, miré hacia adentro y había un puñado de gente lo que por un momento me motivo a seguir el camino que llevaba pero decidí por entrar finalmente, siempre con esa gota de indesición ante lo que elijo o hago. Recorrí entre la ropa mirando muy superficialmente las cosas, miraba pero no veía, no me detenía en nada en particular, solo hacía que mi vista paseara entre las distintas prendas hasta que en un momento me detuve frente a unos pantalones cortos de Jeans, bastante gastados, parecía que el cloro había atacado la prenda dejando manchones blancos por distintos sectores especialmente en la parte del bolsillo izquierdo, lo que me llamo la atención a tomarlos eran los ridículos y afeminados colores amarillo pato y verde fosforecente del bordado a tontas y a locas que me hacía reir pero a la vez me llamaba la atención, siempre he pensado que el motivo por el cual las cosas de muchos colores me llaman la atención es por mi caracter infantil que no me quiere abandonar y la vez yo no lo dejo ir. Continué con el pantalon corto en mis manos y comencé a encariñarme con él, a tal punto que por una extraña razón los bordados que un principio no tenían distribución lógica comenzaron a cobrar sentido y ahora habían formado una frase, ahora decía: "Ti amu =)" como si lo ubiera escrito un niño pequeño, con esas letras que se nota son de la mano de un niño que aun le teme al lapiz. Fue en ese momento cuando fui a un provador y me kede mirandolo un momento, jamás me lo prové solo lo observe un rato, era extraño pero a pesar de que lo encontraba horrible no podía soltarlo, sin pensarlo más abrí mi billetera y lo compré, nisiquiera se a quién lo único que me importaba era que lo tenía entre mis manos y cuando recobré la conciencia estabamos con mi amiga Isidora sentados en una banca azul de la plaza central, en una de esas bancas alejadas del centro en donde habían columpios y esos juegos donde reían los niños, no podía dejar de mirarlo, suena tan estúpido pero creo que me había enamorado de esos pantalones. A nuestro lado había un siberiano, estaba durmiendo desde antes de que nosotros llegacemos a ese lugar, según me contó la Isi. Era hermoso, cuando lo miré me hechizó su color blanco, me había sucedido algo parecido a lo del pantalon que, ese momento por una extraña razón habia desaparecido de encima de la banca donde estaba y a mi en realidad me dio lo mismo, había olvidado incluso como era, solo me quedaba el recuerdo del bordado que decía: "ti amu =)" que aun aparecía fresco en mi cabeza y me hacía sonreir, yo creo que por eso mismo cuando el perro despertó y me miró no me sorprendió lo que hiso a continuación, se levantó de donde estaba, se dirigió a un lugar donde pudiera ver lo que hacía, miro al suelo y comenzó a trazar en la tierra algo que yo conocía y sabía que haría, el siberiano en el suelo había escrito: "Ti amu =)" y luego volvió la vista hacia mi y yo no pude negarle una sonrisa, saltó a la banca y poso su cabeza en mi muslo volviendo a quedarce dormido.



En un abrir y cerrar de ojos me hallaba entre arbustos, tenía otros pensamiento y otra forma de ser, no importaba lo que había pasado antes, no me cuestionaba de donde venía ni quien era, lo importante era sacar a los niños que estaban en ese regimiento aprisionados, los veía a lo lejos y ellos estaban sentados en unas tarimas mirando algo que yo no podía ver ya que, esa parte del paisaje estaba prohibido para mi vista, detrás mio había un muro que parecía ser de una casa, traté de rodearla haber si encontraba una puerta, como estaba escondido en los arbustos del frente me fui para atrás, los muros de la casa continuaban paralelamente con una alta reja dejando un espacio para arbustos y un caminito de cemento. Yo jamás habia estado ahi pero al parecer mi cuerpo y mi conciente sabían donde iban y lo que hacían así que no dude un segundo, nuevamente el muro llegaba a su fin quebrando hacia la derecha, en el final de ese pasillo se terminaban los arbustos y quedaba expuesto a ser atrapado por unos supuestos guardias que me pudieran encontrar. Nada, a la vuelta solo había una puerta en la reja cerrada por un gran candado, un letrero que no miré decía: "alarma activada", pero por inercia mi cuerpo tomó el candado lo que produjo ese ruido que asotó mi corazón y casi lo saca por mi boca, mire hacía ambos lados y no veía nada, corrí y corrí dando vueltas por el contorno de la casa buscando una puerta para entrar o poder esconderme, al fin, una ventana abierta, sin pensar me lance dentro de la casa y ahí estaba ahora, era la alcoba de una niña, papel decomural de color rosado, muchos ositos de peluche sobre la cama, el suelo alfonbrado lo que le daba ese calor protector a una niña tan tierna como la dueña de esa habitación tan hermosa. por un segundo me dejé ir por el ambiente que causaba algo en mi, paralisando mis sentidos y acortando mis angulos de visión, poniendoce todo borroso y atontando mi audición, si no ubiera sido por la puerta que estaba abierta no me habría percatado de que alguién, una sombra, me observaba y graciás a eso me pude salir del trance que me consumía más y más. Mis sentidos despertaron de golpe y salí tras la sombra por largos pasillos que no eran propios de las dimensiones de la construcción que había recorrido por fuera, luego sorprendido noté que en realidad no era una casa, esto se había transformado de una u otra manera en un edificio, la sobra bajaba por las escaleras y luego subía unas tantas, yo siempre tras de esa ágil y veloz silueta, hasta que entro por fin en un apartamento y dejó la puerta abierta, creo que me había atrapado, había sido dirigido directamente donde quería llevarme desde el comienzo, era un lugar muy acogedor, aun teniendo cerca a esa persona no podía dilusidarse su sombría presencia, ahi estaba, parada frente a mí, era una mujer, de una estatura menor a la mia que me miraba fijo con sus hermosos ojos negros, dominantes e hipnotizantes, me dio escalosfríos y mi estomago se apretujó, era una presencia conocida, mi cuerpo, mi mente y mis sentidos me estaban escondiendo la identidad de aquella sombra, hiso un gesto que nunca olvidaré y aun así me quedo simplemente con ese recuerdo, nunca más pude recordar ¿quien era aquella conocida presencia que mi propio corazón escondía aguerridamente para que yo no tuviera la oportunidad de recordar?...

_ por algo siempre las cosas son... por un bien normalmente, aunque un mal pequeño no lastima a nadie.


[colección Onírica]
[004]

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