Cuando me toca estar molesto siempre tomo cualquier cosa y trato de la manera más rebuscada, hacerla pedasos, por ese mismo motivo hace muchos dias, incluso me atrevería a decir que semanas que se me cruzó por la cabeza escribirle a la antigua y prestigiosa institución que desde siempre nos ha recivido "con los brazos abiertos" (siempre que tengamos buena pinta y un bolsillo voluptuoso) y predica las enseñanzas del libro sagrado para todos los catolicos: la biblia; ¡si!, hablo de la iglesia, majestuosa intitución que a lo largo de la historia nos a pedido limosna, vendía el perdón a traves de las indulgencias y mantuvo de "buena" manera a sus fieles bajo el terror de la inquisición. este importante puente entre nosotros y el señor, quien, solamente habla con ese sujeto que viste una sotana ganada gracias a 5 u 6 años encerrados sin nada más que libros de teología y revistas porno para mantener una escondida y enfermiza vida sexual, resultado: a lo que salen se desquitan con los más debiles, con los inofensivos niños, esas personillas en miniatura a quienes ven como un consuelo y una herramienta de explotación sexual a todos esos años "fuera de practica". y si no es uno, es lo otro, el máldito pensamiento conservador que tienen, exactamente la famosa gracia de la pildora del dia después, les juro que si jesús estuviera con nosotros dejaría que los humanos (animales junto con los perros, gatos, conejos y mis amados ornitorrincos) siguieran su normal curso y es claro que a esta edad lo único que quieren es conocer al sexo opuesto y eso los lleva, NORMALMENTE a tener relaciones sexuales, para eso, la ciencia, que claramente funda sus bases desde el renacimiento por algo, a descubierto maneras para el cuidado de esos embarazos no deseados, es claro que todos tenemos derecho a la vida, pero como ya dije, todo a su debido tiempo, no van a decir ahora de que 15 o 16 años es una edad bastante buena para dar vida, no es solo esos señores, es una boca más que alimentar en este mundo, es otro niño más, una nueva matricula escolar, una boca que pide alimento dia a dia, un niño que mira al lado y ve que los otros niños tienen juguetes y el no, pero claro, ellos no tienen familia, son curas, no entienden. Para ellos esto del condón y la pastilla son cosas malditas, cosas que no tendrían que haberse creado porque priva a la vida de nuevas personas, si, personas que van a venir a sufrir y morirse de hambre porque sus padres son niños también.
Hace unas semanas se me rebalsó la paciencia y llegué a concluir que tenía que hacer algo, bueno, hace tiempo que vengo en una especie de protesta anti-catolicismo, no es por la religion (que quede claro) yo creo en cristo, en dios y maría, de alguna u otra manera que no podría explicar con certeza. Dicen que el hombre necesita creer en algo, lo que sea, hasta el dios chocolate sirve, pero es algo al fin y al cabo, en mi caso yo creo en dios, en quien no creo hace bastante tiempo es en la iglesia. Como decía, en esta mini-protesta en que me auto exilié de la dominical eucaristía me propuse idear una manera de creer en cristo porque yo, personalmente acudo mucho a mi FE pero sin la necesidad de que la iglesia envíe (via telefono, e-mail, me da igual) al cielo todas mis plegarias, yo estoy bien grande para saber que dios no se comunica por fono con los curitas. En este momento aparecío el señor Martín Lutero, aquí es donde e la ganó porque yo en realidad me di cuenta de que pensaba muy parecido a él, la doctrina Luterana habla de que la iglesia se lleva dentro de cada persona, chao con la jerarquía eclesiastica, dice que la única manera de salvarse es a traves de la FE de cada uno, y además que la biblia debe interpretarse según cada creyente.
Aquí algo que escribio el Ventrilocuo:
¿a quien le profetizas tu FE?... ¿a esa pieza de yeso que cuelga ahi?¿a esa PERSONA de bata blanca que lee un libro?¿a una institución que no es nada más que ladrillos pegados y vitrales?¿a unas construcciones colosales que costaron la vida de muchisimos kienes creían en ese mismo DIOS que "pidio" que le construyeran colosales palacios de adoración?.pido a Dios, NO a la iglesia, rezo a Dios, NO a la iglesia, creo en Dios, NO en la iglesia... porque DIOS es quién acabó con el pecado original, NO la iglesia, porque es DIOS quien te mira como persona que siente, NO la iglesia, porque es DIOS quien te ama desinteresadamente, NO la iglesia y porque es DIOS quien dio la vida por ti, NO la iglesia... Dios no te viola, la iglesia..., Dios no te censura por lo que piensas y haces, la iglesia... Dios siempre esta contigo, la iglesia... Dios te acompaña luego de que tu no estás con nosotros... ¿a la iglesia le salen alitas y te transporta al cielo cuando te mueres?... lo siento, creo que no pasa más alla de una misa al año recordando la fecha de fallecimiento.
PIENSEN FIELES A LA IGLESIA.
(tu amada institución mató gente como tu en la edad media, andaba preocupada de hacer templos en vez de salvar almas. podrías haber sido tu)
14.10.06
2.10.06
» Cap. I.
-¿Daniel?
-Si, ¿usted es Don Tomás?
-No, Don Tomás no ha llegado aun, acaba de llamar diciendo que venía en camino. ¿Té molesta esperarlo unos minutos?
-¡Noo!, en lo absoluto.
-Entonces toma asiento en ese sillón de allá por favor.
-Muchas gracias.
Daniel acababa de llegar a Puente de Caña y la verdad le parecía un pueblucho de mierda sin nada entretenido que hacer, pero lamentablemente su padre por motivos de trabajo había sido transferido por motivos laborales, él estaba acostumbrado a la gran ciudad, a las fiestas de los fines de semana y a toda la vitalidad que implica una ciudad como la capital. Como llevaba una semana ahí ya era momento de buscar algo que hacer, y en el periodico encontró un aviso publicitario en que buscaban a joven con buena condición física y astuto para un trabajo especial, eso último le ponía su toque de misterio lo que le llamó la atención a Daniel a acudir a la entrevista para conseguir el empleo. La habitación en que se encontraba era una sala amplia con murallas blancas sin cuadros ni nada decorativo, solo una ventana por la que entraba un haz de luz que permitía la suficiente iluminación para la sala de espera, estaba en el tercer piso de uno de los tres edificios que tenía el pueblo, el "Acuario". De pronto de la puerta entran tres chicos de su edad, dos de ellos con uniforme de la Academia Philip que, vale decir, es la mejor escuela de nivel medio de Puente de Caña. Parecian lucír con orgullo la insignia de un círculo rojo en su chaqueta negra a la altura del corazón, el otro muchacho vestía de civil con un polerón azul con un estampado, unos jeans que le caían hasta las rodillas y luego unos flequillo que daban cuenta de que los había cortado y unas zapatillas negras. Los dos escolares entraron entre riza y riza y apenas vieron que había alguién más en la sala bajaron la voz. Se acercó el mismo viejo que había atendido a Daniel.
-¿Me dicen sus nombres caballeros?
-¿Tú eres Don Tomás? _ dijo uno de los uniformados poniendoce serio.
El viejo agudizó su mirada y se mostró un tanto molesto por como se dirigió el muchacho a su persona.
-No, Don Tomás se retrasó, si quieren pueden esperarlo. Ahora, ¿me dan sus nombres?
El mismo muchacho respondió.
-Soy Fernando Marín
-Martín Lobos _respondió el otro uniformado
-¿Y tu eres? _ preguntó al chico de civil que aun permanecía callado mirandose las zapatillas.
-Arturo señor, mi nombre es Arturo Barrera _ dijo con un tono un tanto misterioso.
El viejo lo miró sorprendido, se puso nervioso y luego cerró la carpeta que traía en sus manos. En cierto modo se sintió disminuído por la mirada de l chico que aun no despegaba la vista del barbudo anciano.
Daniel pareció no haberle dado importancia a lo ocurrido, solo miraba de lejos, luego de que el viejo volvió a desaparecer tras la puerta que daba a lo que dedujo podía ser su oficina se sumergió en su pensamiento, aun no podía olvidar a Cleo, su fiel amiga que había dejado en Caparro, se le vinieron a la cabeza esas entretenidas salidas por la ciudad riendose de la gente que pasaba sus lados sin importarles lo que los demás pensaran de ellos, era un mundo especial solo para ella y para él. Todos los martes, después de clases iban a "TRACY", una famosa disco que a esas horas estaba cerrada pero como el dueño era el hermanastro mayor de Cleo, a ellos los dejaban entrar y bailaban locamente por la enorme pista y se sentían afortunados de tener ese privilegio de entrar sin pagar y mucho más que eso, la pista era solo de ellos. Daniel sonrío sin despegar los ojos del suelo que en realidad aun se encontraban mirando a Cleo en ese recuerdo hermoso, mirandola como su cara cambiaba de colores debido a las luces especiales.
Dentro de su oficina el viejo estaba desesperado, aun no entendía como Arturo pudiera estar en este lugar, justo en este momento había llegado y Don Tomás no se encontraba como para saber que poder hacer con él, las manos le sudaban y caminaba de un lado para otro sin ir a ninguna parte, se sentó en su escritorio y buscó en los cajones cigarros cosa que no encontró, necesitaba con suma urgencia fumar algo para relajarce, pero por el contrario, en todos los cajones no habían más que papeles y papeles con observaciones de cosas realmente sin importancia. Quizo salir pero se aterró a la idea de que Arturo lo recordara, a pesar de que ya habían pasado muchisimos años desde la última vez que lo vio. De pronto lo hizo saltar del susto el timbre del telefono, fue como un golpe a su débil corazón que corría agitadamente en ese momento, fue a tomar el auricular y del nerviosismo botó el aparato completo que se cayó al suelo y en el impacto con el suelo se descolgó, lo tomó rapidamente tirandoce de rodillas al suelo.
-¿Aló?
-¿Qué pasó hombre por dios? ¿Qué es todo ese alboroto? _ preguntó la voz ronca del otro lado.
-Lo siento jefe, es que estoy desesperado. No se que hacer.
-¿Por qué hombre, que pasó ahora?
-Es que… _ titubeó un momento y luego continuó _ Es que… él chico está aquí, llegó hace un momento.
-¿De qué chico hablas?
-Arturo señor, Arturo está aquí justo en la sala de espera.
No se escuchó nada por unos segundos del otro lado del auricular.
-pensé en la posibilidad de que atendiera al llamado
-¿Y que quiere que haga por dios jefe? _ preguntó Ricardo desesperado.
-¿Hay muchos chicos esperando?
-No Jefe, son solo cuatro muchachos de los 15 que teníamos inscritos.
-¿A que hora hiciste la sitación?
-A las 2 como usted me dijo _ lavantandoce el puño de la camisa que dejaba ver un hermoso reloj brillante.
-Yo tengo las un cuarto para las 2. Aun queda tiempo para que llegue más gente.
-Pero ¿qué hago con Arturo?
-Hay hombre por dios, despreocupate, a mi nieto no lo veo desde los 7 años, no se debe acordar de su abuelo _ espero un segundo _ además no creo que la Maite le haya dicho algo con respecto a que le pasó a mi hijo, a esa perra le pasas unos cuantos billetes y se queda calladita.
Dudo por un momento en la seguridad de Don Tomás y luego dijo:
-¿Hasta que hora quiere que espere a la gente?
-Hasta las 2, se supone que la gente que llega a la hora es la que se interesa en el trabajo ¿no?
-Ajá _ asistió
-Bueno, cualquier cosa yo te llamaré a eso de las 4 para que me cuentes que sucedió y si existe algún muchacho en esta mierda de pueblucho que nos pueda servir para esto.
-Como usted diga jefe, ningún problema.
-Ya, chao nomás. _ y colgó.
Ricardo colgó el telefono y el silencio volvió a apoderarse de la oficina dejando entrar murmullos que venían de la sala de espera posiblemente de los dos escolares que aun reían por el sabelotodo del curso o quizá por la compañera fea a quien nadie tomaba en cuenta.
-Si, ¿usted es Don Tomás?
-No, Don Tomás no ha llegado aun, acaba de llamar diciendo que venía en camino. ¿Té molesta esperarlo unos minutos?
-¡Noo!, en lo absoluto.
-Entonces toma asiento en ese sillón de allá por favor.
-Muchas gracias.
Daniel acababa de llegar a Puente de Caña y la verdad le parecía un pueblucho de mierda sin nada entretenido que hacer, pero lamentablemente su padre por motivos de trabajo había sido transferido por motivos laborales, él estaba acostumbrado a la gran ciudad, a las fiestas de los fines de semana y a toda la vitalidad que implica una ciudad como la capital. Como llevaba una semana ahí ya era momento de buscar algo que hacer, y en el periodico encontró un aviso publicitario en que buscaban a joven con buena condición física y astuto para un trabajo especial, eso último le ponía su toque de misterio lo que le llamó la atención a Daniel a acudir a la entrevista para conseguir el empleo. La habitación en que se encontraba era una sala amplia con murallas blancas sin cuadros ni nada decorativo, solo una ventana por la que entraba un haz de luz que permitía la suficiente iluminación para la sala de espera, estaba en el tercer piso de uno de los tres edificios que tenía el pueblo, el "Acuario". De pronto de la puerta entran tres chicos de su edad, dos de ellos con uniforme de la Academia Philip que, vale decir, es la mejor escuela de nivel medio de Puente de Caña. Parecian lucír con orgullo la insignia de un círculo rojo en su chaqueta negra a la altura del corazón, el otro muchacho vestía de civil con un polerón azul con un estampado, unos jeans que le caían hasta las rodillas y luego unos flequillo que daban cuenta de que los había cortado y unas zapatillas negras. Los dos escolares entraron entre riza y riza y apenas vieron que había alguién más en la sala bajaron la voz. Se acercó el mismo viejo que había atendido a Daniel.
-¿Me dicen sus nombres caballeros?
-¿Tú eres Don Tomás? _ dijo uno de los uniformados poniendoce serio.
El viejo agudizó su mirada y se mostró un tanto molesto por como se dirigió el muchacho a su persona.
-No, Don Tomás se retrasó, si quieren pueden esperarlo. Ahora, ¿me dan sus nombres?
El mismo muchacho respondió.
-Soy Fernando Marín
-Martín Lobos _respondió el otro uniformado
-¿Y tu eres? _ preguntó al chico de civil que aun permanecía callado mirandose las zapatillas.
-Arturo señor, mi nombre es Arturo Barrera _ dijo con un tono un tanto misterioso.
El viejo lo miró sorprendido, se puso nervioso y luego cerró la carpeta que traía en sus manos. En cierto modo se sintió disminuído por la mirada de l chico que aun no despegaba la vista del barbudo anciano.
Daniel pareció no haberle dado importancia a lo ocurrido, solo miraba de lejos, luego de que el viejo volvió a desaparecer tras la puerta que daba a lo que dedujo podía ser su oficina se sumergió en su pensamiento, aun no podía olvidar a Cleo, su fiel amiga que había dejado en Caparro, se le vinieron a la cabeza esas entretenidas salidas por la ciudad riendose de la gente que pasaba sus lados sin importarles lo que los demás pensaran de ellos, era un mundo especial solo para ella y para él. Todos los martes, después de clases iban a "TRACY", una famosa disco que a esas horas estaba cerrada pero como el dueño era el hermanastro mayor de Cleo, a ellos los dejaban entrar y bailaban locamente por la enorme pista y se sentían afortunados de tener ese privilegio de entrar sin pagar y mucho más que eso, la pista era solo de ellos. Daniel sonrío sin despegar los ojos del suelo que en realidad aun se encontraban mirando a Cleo en ese recuerdo hermoso, mirandola como su cara cambiaba de colores debido a las luces especiales.
Dentro de su oficina el viejo estaba desesperado, aun no entendía como Arturo pudiera estar en este lugar, justo en este momento había llegado y Don Tomás no se encontraba como para saber que poder hacer con él, las manos le sudaban y caminaba de un lado para otro sin ir a ninguna parte, se sentó en su escritorio y buscó en los cajones cigarros cosa que no encontró, necesitaba con suma urgencia fumar algo para relajarce, pero por el contrario, en todos los cajones no habían más que papeles y papeles con observaciones de cosas realmente sin importancia. Quizo salir pero se aterró a la idea de que Arturo lo recordara, a pesar de que ya habían pasado muchisimos años desde la última vez que lo vio. De pronto lo hizo saltar del susto el timbre del telefono, fue como un golpe a su débil corazón que corría agitadamente en ese momento, fue a tomar el auricular y del nerviosismo botó el aparato completo que se cayó al suelo y en el impacto con el suelo se descolgó, lo tomó rapidamente tirandoce de rodillas al suelo.
-¿Aló?
-¿Qué pasó hombre por dios? ¿Qué es todo ese alboroto? _ preguntó la voz ronca del otro lado.
-Lo siento jefe, es que estoy desesperado. No se que hacer.
-¿Por qué hombre, que pasó ahora?
-Es que… _ titubeó un momento y luego continuó _ Es que… él chico está aquí, llegó hace un momento.
-¿De qué chico hablas?
-Arturo señor, Arturo está aquí justo en la sala de espera.
No se escuchó nada por unos segundos del otro lado del auricular.
-pensé en la posibilidad de que atendiera al llamado
-¿Y que quiere que haga por dios jefe? _ preguntó Ricardo desesperado.
-¿Hay muchos chicos esperando?
-No Jefe, son solo cuatro muchachos de los 15 que teníamos inscritos.
-¿A que hora hiciste la sitación?
-A las 2 como usted me dijo _ lavantandoce el puño de la camisa que dejaba ver un hermoso reloj brillante.
-Yo tengo las un cuarto para las 2. Aun queda tiempo para que llegue más gente.
-Pero ¿qué hago con Arturo?
-Hay hombre por dios, despreocupate, a mi nieto no lo veo desde los 7 años, no se debe acordar de su abuelo _ espero un segundo _ además no creo que la Maite le haya dicho algo con respecto a que le pasó a mi hijo, a esa perra le pasas unos cuantos billetes y se queda calladita.
Dudo por un momento en la seguridad de Don Tomás y luego dijo:
-¿Hasta que hora quiere que espere a la gente?
-Hasta las 2, se supone que la gente que llega a la hora es la que se interesa en el trabajo ¿no?
-Ajá _ asistió
-Bueno, cualquier cosa yo te llamaré a eso de las 4 para que me cuentes que sucedió y si existe algún muchacho en esta mierda de pueblucho que nos pueda servir para esto.
-Como usted diga jefe, ningún problema.
-Ya, chao nomás. _ y colgó.
Ricardo colgó el telefono y el silencio volvió a apoderarse de la oficina dejando entrar murmullos que venían de la sala de espera posiblemente de los dos escolares que aun reían por el sabelotodo del curso o quizá por la compañera fea a quien nadie tomaba en cuenta.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)